El diablo huma, también conocido como ‘diabluma’, es un ser que, según la tradición, apareció como un rechazo a la imposición católica y por eso en junio, durante la Fiesta del Sol o Inti Raymi, se toman, con danzas, la plaza principal y el atrio de la iglesia, que es el símbolo del cristianismo.
Diablo huma significa cabeza de diablo, pero inicialmente al diablo también se lo conocía como ‘haya’ (o ‘aya’) o supay, que en kichwa significa espíritu sumergido, sin el cual no puede existir en el kay pacha o el mundo terrenal, expresa el taita Alberto Taxo, consejero, guiador y responsable de mantener la cultura andina.
Por eso es que “para nosotros (el diablo huma) no es negativo, es una parte complementaria. Es como noche-día, hombre-mujer, caliente-frío… es parte de la dualidad, es una parte fundamental para que se dinamice la existencia”, complementa.
A pesar de que diablo huma signifique cabeza de diablo, no quiere decir que solo se mire y piense en su estructura física, manifiesta Taxo, sino que también hay que saber mirar hacia adentro, hacia el pensamiento, la visión y lo que se va proyectando.
Durante la presencia de los diablos huma en Quito, en el marco del Primer Encuentro Etnográfico del Ecuador ‘Los diablos se toman la Mariscal”, organizado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Taxo afirmó que para la Iglesia católica la palabra diablo es sinónimo de maldad, pero “para nosotros es el espíritu complementario sumergido que permite que todo se recicle y que eso nos dé frutos para la vida”.
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